La desintoxicación del hígado es un proceso de tres fases necesario para eliminar toxinas del cuerpo. Las fases I y II se encargan de movilizar tóxicos exógenos y endógenos (toxinas ambientales, xenobióticos, metales pesados, medicamentos y desechos metabólicos), para que experimenten una biotransformación.

Respecto a la fase III de la desintoxicación hepática, también es conocida como “fase de eliminación”. Esta garantiza la excreción eficaz de toxinas para atenuar la posible recirculación. Por lo tanto, los movimientos intestinales regulares son cruciales para una desintoxicación exitosa; el estreñimiento dificulta la eliminación de toxinas, mientras que la diarrea puede causar deshidratación y desequilibrios electrolíticos.

Debes saber que es importante que estas tres fases funcionen de manera óptima. Esto aportará equilibrio, siempre y cuando se sigan unos hábitos de vida saludables y se incluyan en tu dieta una gran cantidad de nutrientes de apoyo.

Desintoxicación y control del peso

Las investigaciones sugieren que la exposición, acumulación y eliminación de toxinas pueden estar asociadas con enfermedades crónicas como la enfermedad cardiovascular y la diabetes tipo 2. Además, la acumulación de oligoelementos tóxicos en el cuerpo está asociada con trastornos metabólicos relacionados con el sobrepeso o la obesidad.

Los informes anecdóticos sugieren que la desintoxicación puede ayudar a controlar el peso, esto se debe a su función a la hora de promover la eliminación de toxinas. Las que están almacenadas en las células adiposas (grasas) se liberan durante la pérdida de peso, lo que enfatiza la necesidad de una desintoxicación y eliminación hepáticas saludables para ayudar a mitigar la recirculación de toxinas.

Cabe señalar que el hígado trabaja en la desintoxicación del organismo todos los días. En este sentido, un plan de desintoxicación holístico debe ayudar a garantizar los requisitos mínimos de energía diaria y la suficiencia nutricional. Además, una dieta inadecuada puede aumentar el estrés, elevar el cortisol y estimular el apetito, lo que puede dificultar la pérdida de peso. Los estudios en animales y humanos indican que las deficiencias de nutrientes pueden obstaculizar las reacciones enzimáticas en la desintoxicación.

Por otra parte, las dietas de restricción energética a corto plazo pueden conducir a una pérdida de peso, pero su impacto a largo plazo no está claro. Una dieta equilibrada, un sueño reparador y la práctica adecuada de actividad física son cruciales para una función de desintoxicación óptima y el control del peso. Las estrategias nutricionales deben favorecer una dieta de alimentos integrales de alta calidad, mixta y variada, complementada con suplementos para equilibrar y apoyar las vías de desintoxicación.

Nutrientes para la desintoxicación hepática de fase I

Se requieren varios macronutrientes y micronutrientes para la desintoxicación adecuada de fase I realizada por las enzimas del citocromo P450. Los cofactores nutricionales que apoyan la desintoxicación de fase I incluyen riboflavina, niacina, vitamina B6, folato, vitamina B12, glutatión, flavonoides, fosfolípidos y aminoácidos de cadena ramificada.

Por su parte, el resveratrol, las verduras apiáceas, la quercetina, el té verde, el té negro, la curcumina, el ajo, el aceite de pescado, la astaxantina, el romero, la manzanilla, la menta y el diente de león pueden tener un efecto favorable en la desintoxicación de la fase I. Ciertos alimentos pueden aumentar o inhibir la actividad de la enzima P450, lo que equilibra favorablemente las vías metabólicas de la fase I a la fase II.

Por ejemplo, el pomelo es un conocido inhibidor de la enzima P450. Según el tamaño de la porción, muchos alimentos pueden aumentar o inhibir las enzimas de la fase I y se los conoce comúnmente como moduladores bifuncionales. Los alimentos más conocidos que inducen directamente las enzimas P450 con propiedades antioxidantes y ayudan a eliminar toxinas con éxito gracias a su contenido de fibra son las verduras crucíferas.

La biotransformación en la fase I crea subproductos de especies reactivas de oxígeno (ROS). El estado antioxidante óptimo es crucial para eliminar las ROS y atenuar el estrés oxidativo.

Características la desintoxicación hepática de fase II

Tras la desintoxicación de fase I, las toxinas se consideran un “metabolito intermedio” que debe metabolizarse aún más en la desintoxicación de fase II. Los metabolitos intermedios suelen ser más tóxicos que su compuesto original. Si las vías de desintoxicación de fase II son ineficientes, estos pueden causar daño celular al unirse con varias proteínas, lípidos o ácidos nucleicos en la célula. La desintoxicación de fase II aumenta la solubilidad en agua de los metabolitos tóxicos, lo que conduce a una excreción mejorada y exitosa en las heces y la orina.

Las vías de la fase II incluyen la glucuronidación, la sulfatación, la conjugación de glutatión, la acetilación, la conjugación de aminoácidos y la metilación. Los nutrientes pueden contribuir a la desintoxicación de la fase II de dos maneras. En primer lugar, el nutriente puede inducir o activar de forma beneficiosa las vías de la fase II; en segundo lugar, pueden ser una fuente dietética de los compuestos de la fase II necesarios para promover la función y la eficiencia.

Por ejemplo, los nutrientes que inducen la vía de la glucuronidación son las verduras crucíferas, el resveratrol, el ácido ferúlico, la curcumina y la astaxantina. Las fuentes dietéticas de ácido D-glucárico necesario para la glucuronidación son las legumbres, las frutas y las verduras.

La proteína biodisponible de alta calidad es necesaria para la vía de conjugación de aminoácidos de fase II, que requiere los aminoácidos glicina, taurina, glutamina, ornitina y arginina. La vía de conjugación del glutatión requiere precursores de glutatión y los nutrientes de apoyo N-acetil cisteína, vitamina B6, magnesio, selenio, folato y ácido alfa lipoico. La vía de sulfatación requiere alimentos ricos en azufre, como verduras crucíferas, plantas allium, aves de corral y mariscos. La vía de metilación requiere metionina, vitamina B12, vitamina B6, betaína, folato y magnesio.

Cómo funciona la fase de eliminación de toxinas

Las fases I y II transforman las toxinas en productos solubles en agua que ahora pueden eliminarse. La eliminación de toxinas requiere la ayuda de los riñones, la vesícula biliar y los intestinos mediante la regulación y frecuencia adecuadas de la micción y los movimientos intestinales.

Cabe señalar que las fibras dietéticas apoyan a los principales órganos de desintoxicación del cuerpo promoviendo los movimientos intestinales saludables y la motilidad intestinal. La fibra también puede apoyar la desintoxicación a través de sus beneficios sistémicos al apoyar entornos microbianos saludables, la función de barrera intestinal, respuestas inflamatorias e inmunitarias saludables y al activar potencialmente las enzimas desintoxicantes en el hígado, como las enzimas del citocromo P450 en la desintoxicación de la fase I.

En otro orden de cosas, el carbón activado y la zeolita ayudan a promover la eliminación de toxinas a través de procesos de adsorción e intercambio iónico. Los aglutinantes como la clinoptilolita pueden promover la respuesta del cuerpo a ciertas toxinas y metales pesados, lo que favorece la integridad de la barrera intestinal y la función hepática. Asimismo, la clorella promueve la salud celular y las vías de desintoxicación al interferir con la absorción de toxinas y ayudar a mitigar la absorción de sustancias nocivas.

El apoyo a los movimientos intestinales regulares para promover la eliminación y la desintoxicación adecuadas debe individualizarse en función de las necesidades y el acceso a la dieta y el estilo de vida del paciente. Por ejemplo, el citrato de magnesio puede ayudar a quienes sufren de estreñimiento ocasional. La desintoxicación a través de la sudoración puede fomentarse mediante el uso de la sauna o el ejercicio. Algunos trucos de estilo de vida que pueden ayudar a promover los movimientos intestinales regulares son los baños de sal de Epsom o el cepillado en seco para estimular el sistema linfático.

Conclusión

Todos los días el cuerpo humano está expuesto a cientos de sustancias tóxicas. Por lo tanto, un plan holístico para apoyar la desintoxicación del hígado y el control del peso tiene en cuenta las tres fases de desintoxicación, el estado antioxidante, la regularidad de las deposiciones, la densidad de nutrientes y técnicas de estilo de vida que fomenten la salud.

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