Los aceites esenciales son compuestos extraídos de varias partes de la planta como flores, hojas, cortezas, semillas, raíces, ramitas y más.
La extracción de estos aceites requiere que un fabricante utilice una de las tres técnicas estándar:
- Destilar la parte de la planta con agua o vapor.
- Implementar un proceso mecánico para obtener el aceite (extraer el aceite vegetal de las semillas oleaginosas utilizando únicamente dispositivos como prensas o tornillos. Las técnicas de extracción mecánica no utilizan disolventes orgánicos para extraer el aceite de una semilla oleaginosa).
- Extracción CO2 supercrítico (el CO2 se encuentra en un estado “supercrítico”, lo que significa que tiene las propiedades tanto de un líquido como de un gas. Esto se debe a las presiones y temperaturas específicas utilizadas. En este estado, actúa como disolvente y extrae moléculas aromáticas, que luego se separan del gas sin dejar residuos de CO2).
Es importante tener en cuenta que existe una diferencia entre los aceites esenciales y los extractos de plantas crudas que incluye la pureza, la composición y el proceso de adquisición.
Los aceites producidos mediante la adición de solventes químicos a las partes de la planta no suelen considerarse aceites esenciales.
Por eso, a la hora de seleccionar los aceites esenciales es importante seleccionar laboratorios de calidad como Pranarom donde todos sus aceites esenciales son de la más alta calidad.
¿Para qué se utilizan los aceites esenciales?
Al mirar los productos, los fabricantes utilizan aceites esenciales para mejorar el sabor o el aroma de muchos cosméticos, aditivos alimentarios, jabones, resinas plásticas, perfumes y más.
Se están realizando investigaciones para utilizar los aceites esenciales de formas innovadoras, como en la conservación y el envasado de alimentos, e incluso como medicamentos para tratar afecciones físicas y mentales específicas.
Muchas personas usan aceites esenciales en aromaterapia.
La aromaterapia es una práctica de atención, a menudo denominada medicina holística, que incorpora aceites esenciales en una variedad de actividades como masajes, baños, meditación y más para promover y mejorar la salud.
Un aromaterapeuta puede recomendar un aceite esencial específico y una actividad para ayudar a una persona con un síntoma físico particular que pueda estar experimentando.
Por ejemplo, un aromaterapeuta puede recomendar a alguien que sufre de mala calidad del sueño que incorpore aceite de lavanda en un baño nocturno para ayudar a aliviar la tensión y mejorar la calidad del sueño.
¿Los aceites esenciales curan o previenen enfermedades, son medicamentos?
Si bien los aceites esenciales no son medicamentos farmacéuticos, hay investigaciones preliminares en curso que estudian los posibles efectos terapéuticos de aceites esenciales específicos.
Es importante tener en cuenta que los aceites esenciales utilizados para la investigación pueden variar drásticamente en pureza, potencia, dosis y más en comparación con los aceites esenciales disponibles comercialmente.
Una misma variedad de planta dependiendo de la altitud, clima, entorno de crecimiento puede desarrollar diferentes propiedades que otra misma planta de la misma variedad cultivado en un entorno diferente.
Por ello, los aceites esenciales utilizados en aromaterapia son quimiotipados, lo que significa que se estudia cuál es la molécula predominante para garantizar sus beneficios.
En este aspecto un aceite esencial de romero puede contar con propiedades mucolíticas y expectorantes que ayudan a luchas contra el resfriado o propiedades antiinflamatorias ideales para los deportistas.
¿Qué necesito saber sobre el uso de aceites esenciales?
Es importante prestar atención a las instrucciones que vienen con los aceites esenciales y acudir a un especialista para que recomiende cuál es el mejor aceite esencial para cada circunstancia.
Los aceites esenciales son compuestos muy concentrados y a pesar de ser naturales pueden resultar irritantes para la piel. Por ello, suele ser necesario diluirlo en un aceite base para evitar reacciones.
Las personas a menudo ponen aceites esenciales en un difusor que emite una niebla perfumada en el aire o agregan unas gotas de aceites esenciales al agua del baño o a la ropa para mejorar el olor.